domingo, 8 de marzo de 2009

Estrellas galacticas



He leido en El Pais de hoy un artículo francamente curioso sobre el temor reverencial que tienen los cocineros a las criticas y puntuaciones que otorgan las guias gastronómicas que purulan por el mundo,en especial la guia Michelín y la Gault Millau.
Comenta que hay varios cocineros franceses que renuncian a figurar en éstas guias por la presión que ello significa.Hace seis años,Bernard Loiseau,sancto sanctorum de los pucheros,en francés marmite,se pego un tiro con una escopeta de caza tras perder tres puntos,de 20 pasó a 17,en la guía Gault Millau y ante los rumores de que iba a perder una estrella Michelín.Tampoco es para ponerse así.
Marc Veyrat,gran estrellado de Michelín,anunciaba hace algunas semanas que cerraba su Olimpo culinario de los Alpes franceses porque no aguantaba más la presión mediática a la que estaba sometido y que los mandaba a tomar viento fresco.
Otro pieza como Olivier Roellinger,después de veintiséis años practicando química orgánica,inorgànica con anillos benzoicos incluidos,apagó los fuegos de su cocina para montarse otro restaurante más de "cuina casolana",donde dice que es feliz.
Yo estuvé durante cinco años haciendo de inspector para la guia Gourmetour.En todos los restaurantes que visitaba,intentaba pasar de incógnito y en todos pagué religiosamente la cuenta.Confieso que pongo en tela de juicio la "objetividad" que se pueda tener después de tres ó como máximo cuatro visitas a un restaurante,para evaluar el trabajo de todo un año.Pero eso es otra historia.

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