
Cuenta Mario Vargas Llosa en el diario El País del pasado domingo,una historia real cómo la vida misma y que para algunos padres les traerá cercanas coincidencias.Gastón Acurio,hijo de un ingeniero y político peruano de alto "ringo rango",aconsejado por papá se vino a Madrid para estudiar Derecho en la Complutense.
Por aquellos días en España se hablaba en casi todos los foros y a casi todas las horas de un tal Ferrán Adria,del televisivo Arguiñano,de Martín Berasategui,de Juanmari Arzak ,de...... y Gastón rapidamente enganchó la oreja a sus dimes y di retes.Los libros de romano,civil,procesal,etc los cambio por todo aquello que barruntara a cocina y después de unos años,le dijo a su padre que no había pasado de primero de Derecho,pero que de cocina sabía un huevo.
Su padre,una vez superado el soponcio inicial,lo envío a la prestigiosa escuela parisina Cordón Bleu donde conoció a una muchachita francesa,Astrid, rebotada de medicina y con la cual tras pasar por la vicaría inagurò el restaurante Astrid y Gastón en 1994 en su Lima natal.
En la actualidad el chaval regenta una veintena de restaurantes en siete países que han puesto a la cocina peruana en el punto de mira de los sancto sanctorun de las cocinas.Tiene un programa de televisión,Aventura Culinaria,escribe sobre sus experiencias y se come el mundo.
Gastón ha hecho de sus chupes de camarones (sopa criolla),piqueos (platos para picar),pachamanca (olla de la tierra a base costilla de cerdo,pollo,habas,etc.),cebiches (similar al carpaccio de pescado) y picarones (postre elaborado con miel,harina,huevos y cáscara de naranja),el reclamo para que se organicen en la actualidad cantidad de viajes de turismo al Perú para degustar su gastronomía.